Los catalanes dicen: «Puedes sentir el verdadero sabor del vino solo en la bodega, en su cuna». Para comprobar si esto es cierto, cualquier persona puede realizar un viaje único a una de las bodegas locales más antiguas. Un paseo por los viñedos, mirar un nuevo cultivo, el descenso a la bodega, los barriles pesados de vinos de diferentes variedades y, por supuesto, la oportunidad de probar el vino de sabor local y elegir el mejor para el recuerdo.